/ lunes 13 de junio de 2022

Angélica de la Peña | ¿Y las gobernadoras?

Por: Angélica de la Peña

La paridad se concreta con la integración de mujeres y hombres en igual número de posiciones; la agenda por la Igualdad sustantiva, es otra cosa, mariposa.

Que las Mujeres estén en los espacios de poder y de decisión en igualdad numérica que los hombres, es un derecho inalienable simplemente porque somos Humanas. Es necesario un reconocimiento a Alda Facio que en 1993 en la Conferencia de derechos humanos de Viena, propuso que a las mujeres se les llame como lo que somos: Humanas.

Reconocer todos los derechos a las Humanas, constituye una odisea histórica de gran perseverancia. La discriminación contra las mujeres queda evidenciada de manera puntual desde hace 300 años con el inicio del feminismo. Mary Wollstonecraft en 1792 escribió que la exclusión de las niñas de la educación provocaba una gran desventaja estructural de las mujeres respecto de los hombres, y el feminismo señaló con datos precisos que esa exclusión era producto de la opresión, dominación y explotación de las mujeres desde un sistema que las discriminaba por su condición de sexo.

Los hombres que se oponen a la abolición de ese sistema, y a pesar de que la Constitución y las leyes establecen que las mujeres deben estar en igualdad de condiciones, siguen fomentando comportamientos machistas para denostar a las mujeres. Basta mencionar algunos epítetos que sin tapujos, usan muchos hombres que no soportan compartir el poder con nosotras. “P….e vieja loca”; “Ah cómo habla!”; “Es insoportable! Porqué no se calla?”; “Su voz chillona molesta!”; “Si no la hace de pedo, no es mujer”; “Qué flojera, va a hablar…”. Y así muchos dichos misóginos que las mujeres enfrentan por parte de quienes se resisten compartir “sus” espacios, con las mujeres.

Donde todavía las mujeres no pueden influir, y los hombres están al frente; por ejemplo en las cámaras donde los señores son los coordinadores, presiden las juntas de coordinación, mesas directivas y las comisiones más importantes, o en los Tribunales electorales y/o de justicia, o en los organismos electorales, dónde son mayoría hombres, éstos se unen contra las propuestas de las legisladoras o funcionarias. Ahí tenemos un pendiente a resolver. También hay casos trágicos donde rige un sistema de usos y costumbres y gana una mujer, ahí los señores patriarcas, obligan a las alcaldesas a que se alineen, y si no, les toman la presidencia para obligarlas a renunciar. El feminicidio de mujeres en la política crece y muchas mujeres desisten de participar por las amenazas desde el machismo.

Esos son los retos que las mujeres enfrentan, y las más poderosas se confía trabajen desde su espacio de poder a favor de planes de desarrollo para eliminar las brechas de desigualdad y contra todo tipo de discriminación contra las mujeres de todas las edades y condiciones.

Hoy por la Paridad y el principio de progresividad, hay 7 Gobernadoras y dos más lo serán en las próximas semanas. Las gobernadoras tienen poder. Tienen la potestad de integrar sus gabinetes, decidir las estructuras de gobierno, definir el plan estatal de desarrollo de su entidad e influyen en la etiquetación de los recursos; hay que decirlo puntual: pueden replantear el ejercicio de los recursos y políticas públicas. Las disyuntivas son claras: o gobiernan igual que los señores y qué pena; o hacen honor a quienes trabajaron para que lleguen al Poder, y eso es más allá de la foto.

Por: Angélica de la Peña

La paridad se concreta con la integración de mujeres y hombres en igual número de posiciones; la agenda por la Igualdad sustantiva, es otra cosa, mariposa.

Que las Mujeres estén en los espacios de poder y de decisión en igualdad numérica que los hombres, es un derecho inalienable simplemente porque somos Humanas. Es necesario un reconocimiento a Alda Facio que en 1993 en la Conferencia de derechos humanos de Viena, propuso que a las mujeres se les llame como lo que somos: Humanas.

Reconocer todos los derechos a las Humanas, constituye una odisea histórica de gran perseverancia. La discriminación contra las mujeres queda evidenciada de manera puntual desde hace 300 años con el inicio del feminismo. Mary Wollstonecraft en 1792 escribió que la exclusión de las niñas de la educación provocaba una gran desventaja estructural de las mujeres respecto de los hombres, y el feminismo señaló con datos precisos que esa exclusión era producto de la opresión, dominación y explotación de las mujeres desde un sistema que las discriminaba por su condición de sexo.

Los hombres que se oponen a la abolición de ese sistema, y a pesar de que la Constitución y las leyes establecen que las mujeres deben estar en igualdad de condiciones, siguen fomentando comportamientos machistas para denostar a las mujeres. Basta mencionar algunos epítetos que sin tapujos, usan muchos hombres que no soportan compartir el poder con nosotras. “P….e vieja loca”; “Ah cómo habla!”; “Es insoportable! Porqué no se calla?”; “Su voz chillona molesta!”; “Si no la hace de pedo, no es mujer”; “Qué flojera, va a hablar…”. Y así muchos dichos misóginos que las mujeres enfrentan por parte de quienes se resisten compartir “sus” espacios, con las mujeres.

Donde todavía las mujeres no pueden influir, y los hombres están al frente; por ejemplo en las cámaras donde los señores son los coordinadores, presiden las juntas de coordinación, mesas directivas y las comisiones más importantes, o en los Tribunales electorales y/o de justicia, o en los organismos electorales, dónde son mayoría hombres, éstos se unen contra las propuestas de las legisladoras o funcionarias. Ahí tenemos un pendiente a resolver. También hay casos trágicos donde rige un sistema de usos y costumbres y gana una mujer, ahí los señores patriarcas, obligan a las alcaldesas a que se alineen, y si no, les toman la presidencia para obligarlas a renunciar. El feminicidio de mujeres en la política crece y muchas mujeres desisten de participar por las amenazas desde el machismo.

Esos son los retos que las mujeres enfrentan, y las más poderosas se confía trabajen desde su espacio de poder a favor de planes de desarrollo para eliminar las brechas de desigualdad y contra todo tipo de discriminación contra las mujeres de todas las edades y condiciones.

Hoy por la Paridad y el principio de progresividad, hay 7 Gobernadoras y dos más lo serán en las próximas semanas. Las gobernadoras tienen poder. Tienen la potestad de integrar sus gabinetes, decidir las estructuras de gobierno, definir el plan estatal de desarrollo de su entidad e influyen en la etiquetación de los recursos; hay que decirlo puntual: pueden replantear el ejercicio de los recursos y políticas públicas. Las disyuntivas son claras: o gobiernan igual que los señores y qué pena; o hacen honor a quienes trabajaron para que lleguen al Poder, y eso es más allá de la foto.