/ lunes 4 de octubre de 2021

Aguascalientes, un gran centro económico y de desarrollo

Históricamente, Aguascalientes ha destacado por su ubicación privilegiada en el territorio nacional, de ahí que formará parte del Camino Real de Tierra Adentro, esa gran ruta comercial de 2 mil 560 kilómetros que iba de la Ciudad de México, en nuestro país, hasta San Fe, Nuevo México, en Estados Unidos de América.

De hecho, si somos más específicos, tendríamos que reconocer que esta ruta le dio origen a la Villa de Nuestra Señora de la Asunción de las Aguas Calientes, en 1575, la misma que, con el paso del tiempo, se convertiría en lo que hoy es Aguascalientes. Y es que por nuestro territorio transitaba la ruta que conectaba a Querétaro con Zacatecas, así como el Camino de la Plata que también partía de Querétaro, llegaba a San Miguel de Allende y en el Cuisillo, Zacatecas, se unía el Camino Real de Tierra Adentro.

Años después, Aguascalientes se consolidaría como la columna vertebral ferroviaria de México y desempeñaría un papel crucial durante la Revolución. Más tarde, el estado se posicionaría gracias a sus talleres de reparaciones de ferrocarril, considerados en su momento como los mejores de México y de Centroamérica: cualquier desperfecto en las unidades de ferrocarril encontraba solución al llegar a Aguascalientes. Este escenario propició que los aguascalentenses accedieran a salarios muy elevados respecto de otras entidades del país.

En la actualidad, Aguascalientes se mantiene como una entidad propicia para los negocios de la era moderna, pues además de la industria automotriz y todas las empresas que convoca, ya existen también las más diversas compañías de tecnología, manufactura y servicios. Por las venas de Aguascalientes corre la más pura sangre que nos llama a vincularnos para establecer negocios y alianzas estratégicas que impulsen su desarrollo, al igual que el de la región y, con ello, de nuestro país. Debemos mirar al futuro para crear esas obras que lograrán que el Estado arraigue su presencia en el escenario económico nacional e internacional.

El pasado mes de agosto, realicé una gira de trabajo por el sur de EUA para detectar oportunidades que detonen nuevas inversiones y que nos lleven a crear obras que trasciendan y generen beneficios para todas y todos. Me refiero precisamente a esas obras monumentales que desde siempre han caracterizado a Aguascalientes.

Una de ellas es la creación de un nuevo Aeropuerto Internacional de Carga que requiere una inversión de 600 millones de dólares; sin embargo, ya existen compañías interesadas en inyectar este monto para este proyecto, de ahí que la inversión provendría del extranjero y el Gobierno no tendría que desembolsar ni un solo peso, solo ofrecer las condiciones, los permisos y gestiones para que esta obra tenga lugar. Así, generaríamos una plataforma internacional para Aguascalientes, aunado a una importante derrama económica y una notable creación de empleos directos e indirectos.

Al tratarse de una nueva obra de infraestructura dedicada solamente al tránsito de productos, sus beneficios irían más allá de los lindes de nuestro Estado, pues permitirá recopilar la carga del bajío e incluso de regiones más lejanas, con la finalidad de reducir el tiempo de traslado hasta Arizona. De esta manera, los productos llegarían a la frontera en un lapso de 6 u 8 horas y agilizar su tránsito, que actualmente demora de dos a tres días. En suma, la gran dinámica económica que se vive en el Bajío quedaría fortalecida y consolidada con una obra de esta naturaleza.

Ya tuve un primer acercamiento con Jorge Arganis Díaz Leal, titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes a nivel federal, pues no olvidemos que esta dependencia se encarga de gestionar todo lo concerniente a los aeropuertos. El proyecto ha sido de su agrado, pues ayudaría a disminuir el flujo de productos que llegan al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México; sin embargo, aún falta recorrer mucho camino para que este proyecto sea una realidad, pero es mi compromiso hacer las gestiones correspondientes para que Aguascalientes, el Bajío y México cuenten con esta obra que generará grandes beneficios.

Hay quienes buscan que su nombre trascienda y permanezca en la historia, pero muchos olvidan que la única manera de que nuestro nombre quede inscrito en las letras de nuestra historia, en la memoria de la gente es a través de obras que dignifiquen el trabajo de la personas y generen beneficios.

Históricamente, Aguascalientes ha destacado por su ubicación privilegiada en el territorio nacional, de ahí que formará parte del Camino Real de Tierra Adentro, esa gran ruta comercial de 2 mil 560 kilómetros que iba de la Ciudad de México, en nuestro país, hasta San Fe, Nuevo México, en Estados Unidos de América.

De hecho, si somos más específicos, tendríamos que reconocer que esta ruta le dio origen a la Villa de Nuestra Señora de la Asunción de las Aguas Calientes, en 1575, la misma que, con el paso del tiempo, se convertiría en lo que hoy es Aguascalientes. Y es que por nuestro territorio transitaba la ruta que conectaba a Querétaro con Zacatecas, así como el Camino de la Plata que también partía de Querétaro, llegaba a San Miguel de Allende y en el Cuisillo, Zacatecas, se unía el Camino Real de Tierra Adentro.

Años después, Aguascalientes se consolidaría como la columna vertebral ferroviaria de México y desempeñaría un papel crucial durante la Revolución. Más tarde, el estado se posicionaría gracias a sus talleres de reparaciones de ferrocarril, considerados en su momento como los mejores de México y de Centroamérica: cualquier desperfecto en las unidades de ferrocarril encontraba solución al llegar a Aguascalientes. Este escenario propició que los aguascalentenses accedieran a salarios muy elevados respecto de otras entidades del país.

En la actualidad, Aguascalientes se mantiene como una entidad propicia para los negocios de la era moderna, pues además de la industria automotriz y todas las empresas que convoca, ya existen también las más diversas compañías de tecnología, manufactura y servicios. Por las venas de Aguascalientes corre la más pura sangre que nos llama a vincularnos para establecer negocios y alianzas estratégicas que impulsen su desarrollo, al igual que el de la región y, con ello, de nuestro país. Debemos mirar al futuro para crear esas obras que lograrán que el Estado arraigue su presencia en el escenario económico nacional e internacional.

El pasado mes de agosto, realicé una gira de trabajo por el sur de EUA para detectar oportunidades que detonen nuevas inversiones y que nos lleven a crear obras que trasciendan y generen beneficios para todas y todos. Me refiero precisamente a esas obras monumentales que desde siempre han caracterizado a Aguascalientes.

Una de ellas es la creación de un nuevo Aeropuerto Internacional de Carga que requiere una inversión de 600 millones de dólares; sin embargo, ya existen compañías interesadas en inyectar este monto para este proyecto, de ahí que la inversión provendría del extranjero y el Gobierno no tendría que desembolsar ni un solo peso, solo ofrecer las condiciones, los permisos y gestiones para que esta obra tenga lugar. Así, generaríamos una plataforma internacional para Aguascalientes, aunado a una importante derrama económica y una notable creación de empleos directos e indirectos.

Al tratarse de una nueva obra de infraestructura dedicada solamente al tránsito de productos, sus beneficios irían más allá de los lindes de nuestro Estado, pues permitirá recopilar la carga del bajío e incluso de regiones más lejanas, con la finalidad de reducir el tiempo de traslado hasta Arizona. De esta manera, los productos llegarían a la frontera en un lapso de 6 u 8 horas y agilizar su tránsito, que actualmente demora de dos a tres días. En suma, la gran dinámica económica que se vive en el Bajío quedaría fortalecida y consolidada con una obra de esta naturaleza.

Ya tuve un primer acercamiento con Jorge Arganis Díaz Leal, titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes a nivel federal, pues no olvidemos que esta dependencia se encarga de gestionar todo lo concerniente a los aeropuertos. El proyecto ha sido de su agrado, pues ayudaría a disminuir el flujo de productos que llegan al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México; sin embargo, aún falta recorrer mucho camino para que este proyecto sea una realidad, pero es mi compromiso hacer las gestiones correspondientes para que Aguascalientes, el Bajío y México cuenten con esta obra que generará grandes beneficios.

Hay quienes buscan que su nombre trascienda y permanezca en la historia, pero muchos olvidan que la única manera de que nuestro nombre quede inscrito en las letras de nuestra historia, en la memoria de la gente es a través de obras que dignifiquen el trabajo de la personas y generen beneficios.