/ sábado 17 de noviembre de 2018

¿ INAI ?

Su acrónimo es INAI y significa “Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales”. Es un organismo autónomo garante del cumplimiento de dos derechos fundamentales: el acceso a la información pública y el de protección de datos personales, al menos eso es lo que dice su página de internet.

Se supone que este órgano autónomo garantiza que cualquier persona física o moral de carácter público o privado que reciba recursos públicos está obligada a entregarnos la información pública que cualquier ciudadano solicite.

Se supone que debe promover una cultura de transparencia, rendición de cuentas para fortalecer la conformación de una sociedad incluyente y participativa.

Se supone que debe garantizar el uso adecuado, tutela y protección de los datos personales que proporcionamos a terceros.

Su marco legal se circunscribe a la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública, la Ley Federal de Datos Personales en Posesión de Particulares, entre muchos otros códigos, tratados internacionales, leyes, decretos y reglamentos.

Tres de los párrafos anteriores, los inicio con la palabra “Se supone”, porque las leyes bajo las cuales se crea el INAI y conduce sus actividades, son una clara expresión de buenos deseos y malas prácticas.

Nuevamente el INAI es una muestra inequívoca de la NO aplicación de las leyes en nuestro país, lo cual conduce a otro grave problema llamado “impunidad”. Digo esto porque la inmensa mayoría de las dependencias, organismos y entidades del sector público y paraestatal, hacen caso omiso de las leyes que les obligan a proporcionar información sobre sus actividades.

Cuando usted se atreve a solicitar información sobre cualquier tema de interés público, pasan dos cosas, hay funcionarios que ni siquiera reciben los oficios de solicitud de información, violando el derecho de cualquier persona para solicitar información pública.

Hay quienes reciben sus acuses de recibo de las dependencias a las cuales solicitan información pública y, vuelven a pasar dos cosas, nunca reciben respuesta o bien reciben algún oficio en el que los remiten a otra instancia y así sucesivamente, hasta lograr que los solicitantes se cansen y abandonen sus intentos para acceder a los datos que requieren. Los más afortunados, reciben respuesta parcial, escueta, incompleta e insuficiente.

Un gran número de entidades públicas tiene sus páginas de internet, y si se navega, es posible después de muchas horas, encontrar alguna poca o mucha información con contenido de paja. Cuando algunos logran encontrar la información que buscan es como sacarse la lotería y pocas tienen la fortuna de hacerlo.

Es tal la maraña y encrucijada burocrática que termina por formarse un enorme nudo gordiano, que nadie es capaz de desatar y como no somos Alejandro Magno, nunca vencemos el reto que conlleva acceder a la información pública.

Pregúntenle a varios de los Delegados Federales y Representantes Estatales, quienes de cara a su inminente salida de las oficinas que dirigirán hasta el último día de noviembre, se han convertido en verdaderos “Gordias”, haciendo infructuosos los intentos de quienes les substituirán, desatendiendo y haciendo caso omiso de los acuerdos publicados en julio de 2017, en los que se establecen las bases y lineamientos generales para la rendición de cuentas de la administración pública federal y para realizar la entrega-recepción de los asuntos a su cargo.

Esta negativa, es como digo, una clara muestra de que el periodo de transición cuyo propósito era crear las condiciones propicias para el inicio de la nueva administración, no se ha cumplido, al menos en Aguascalientes y, es aquí donde nos preguntamos, ¿dónde esta el INAI y la Secretaria de la Función Pública? ¿Dónde están las sanciones que deben aplicarse en contra de los funcionarios que se niegan a cumplir la ley? y, de la protección de datos personales, ya mejor ni hablamos.


Su acrónimo es INAI y significa “Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales”. Es un organismo autónomo garante del cumplimiento de dos derechos fundamentales: el acceso a la información pública y el de protección de datos personales, al menos eso es lo que dice su página de internet.

Se supone que este órgano autónomo garantiza que cualquier persona física o moral de carácter público o privado que reciba recursos públicos está obligada a entregarnos la información pública que cualquier ciudadano solicite.

Se supone que debe promover una cultura de transparencia, rendición de cuentas para fortalecer la conformación de una sociedad incluyente y participativa.

Se supone que debe garantizar el uso adecuado, tutela y protección de los datos personales que proporcionamos a terceros.

Su marco legal se circunscribe a la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública, la Ley Federal de Datos Personales en Posesión de Particulares, entre muchos otros códigos, tratados internacionales, leyes, decretos y reglamentos.

Tres de los párrafos anteriores, los inicio con la palabra “Se supone”, porque las leyes bajo las cuales se crea el INAI y conduce sus actividades, son una clara expresión de buenos deseos y malas prácticas.

Nuevamente el INAI es una muestra inequívoca de la NO aplicación de las leyes en nuestro país, lo cual conduce a otro grave problema llamado “impunidad”. Digo esto porque la inmensa mayoría de las dependencias, organismos y entidades del sector público y paraestatal, hacen caso omiso de las leyes que les obligan a proporcionar información sobre sus actividades.

Cuando usted se atreve a solicitar información sobre cualquier tema de interés público, pasan dos cosas, hay funcionarios que ni siquiera reciben los oficios de solicitud de información, violando el derecho de cualquier persona para solicitar información pública.

Hay quienes reciben sus acuses de recibo de las dependencias a las cuales solicitan información pública y, vuelven a pasar dos cosas, nunca reciben respuesta o bien reciben algún oficio en el que los remiten a otra instancia y así sucesivamente, hasta lograr que los solicitantes se cansen y abandonen sus intentos para acceder a los datos que requieren. Los más afortunados, reciben respuesta parcial, escueta, incompleta e insuficiente.

Un gran número de entidades públicas tiene sus páginas de internet, y si se navega, es posible después de muchas horas, encontrar alguna poca o mucha información con contenido de paja. Cuando algunos logran encontrar la información que buscan es como sacarse la lotería y pocas tienen la fortuna de hacerlo.

Es tal la maraña y encrucijada burocrática que termina por formarse un enorme nudo gordiano, que nadie es capaz de desatar y como no somos Alejandro Magno, nunca vencemos el reto que conlleva acceder a la información pública.

Pregúntenle a varios de los Delegados Federales y Representantes Estatales, quienes de cara a su inminente salida de las oficinas que dirigirán hasta el último día de noviembre, se han convertido en verdaderos “Gordias”, haciendo infructuosos los intentos de quienes les substituirán, desatendiendo y haciendo caso omiso de los acuerdos publicados en julio de 2017, en los que se establecen las bases y lineamientos generales para la rendición de cuentas de la administración pública federal y para realizar la entrega-recepción de los asuntos a su cargo.

Esta negativa, es como digo, una clara muestra de que el periodo de transición cuyo propósito era crear las condiciones propicias para el inicio de la nueva administración, no se ha cumplido, al menos en Aguascalientes y, es aquí donde nos preguntamos, ¿dónde esta el INAI y la Secretaria de la Función Pública? ¿Dónde están las sanciones que deben aplicarse en contra de los funcionarios que se niegan a cumplir la ley? y, de la protección de datos personales, ya mejor ni hablamos.


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